El Ayuntamiento agradece que haya “inversores que se fijen en Barcelona” – El Puerto tolera que el proyecto de lujo se anuncie pese a carecer de licencia

CAMILO S. BAQUERO / BLANCA CIA - Barcelona - 27/10/201

 

El proyecto de la inglesa Salamanca Investment de convertir el Port Vell de Barcelona en una marina de lujo para yates de hasta 180 metros no gusta ni a la oposición -PP incluido- ni a los vecinos de la Barceloneta. El plan fue presentado en el Salón Náutico de Mónaco, donde se aseguró que estará listo el próximo otoño, y la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) lo ve con “buenos ojos”. No obstante, el proyecto deberá superar un largo trámite: que el Departamento de Territorio y Sostenibilidad lo autorice, que el Ayuntamiento esté de acuerdo y que se someta a exposición pública, y finalmente, la aprobación del Consejo de Administración de la APB. Una portavoz de la APB explicó ayer que conocían el plan, pero que la documentación la tuvieron hace una semana.

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El Consistorio evitó comentar ayer el sorprendente hecho de que los promotores den ya por segura la marina de lujo y sea exhibida en el próximo Salón Náutico de Barcelona. Sin querer pronunciarse sobre la transformación urbanística que supondría en el frente marítimo, el gobierno de Xavier Trias “agradece que los inversores se fijen en Barcelona”.

Para la oposición en el Consistorio, el PP y el PSC, Iniciativa per Catalunya (ICV-EUiA) y la Federación de Asociaciones de Vecinos, la reconversión del puerto deportivo en una base de grandes yates de lujo no es de recibo. “Hay muchas prioridades antes que transformar el Port Vell. Y además, una operación de este tipo necesita estudios de movilidad, de seguridad y de impacto que no se han hecho”, apuntaba el edil popular Eduardo Bolaños, que de paso recordaba que CiU está en minoría y que para sacar adelante el proyecto necesita apoyos. Y hasta la fecha, esa muleta es la del PP.

El socialista Jordi Martí rechaza el plan porque supone convertir esa parte del frente marítimo en “un espacio exclusivo que condicionaría el futuro del barrio“. Sostiene que algo así “iría en contra del interés general” de los barceloneses, que hace 25 años recuperaron el frente marítimo de la ciudad. ICV cree que sería “impensable” que la ciudad tolerase el cambiazo por un puerto de lujo. Jordi Bonet, presidente de la FAVB, no duda en que algo así significa dar prioridad a los intereses privados y del puerto frente “al modelo urbano y mixto de pequeñas embarcaciones”.

Los vecinos de la Barceloneta y los usuarios de las plazas de amarre también mostraron ayer su descontento por el proyecto de la marina cinco estrellas en el Port Vell y alertaron de las consecuencias nefastas que, a su juicio, podría implicar su ejecución. “Esto es una pieza más de la idea de ciudad de escaparate que se está impulsando en la Barceloneta, de la que forman parte el hotel W, la reforma de Moll de Pescadors y el otro puerto de lujo en la nueva bocana”, aseguró Gal·la Pin, de la asociación de vecinos de L’Òstia. “El Ayuntamiento siempre ha dado carta blanca al Puerto“, se quejó Pin.

La asociación de vecinos enumera las posibles consecuencias de la remodelación del atracadero. “Al crearse estos circuitos turísticos de lujo, cambia la dinámica del barrio. Habrá más apartamentos turísticos que desplazarán al vecino, se encarecerán los productos básicos y los alquileres de los locales [las rentas antiguas expiran en 2014], y llegarán nuevas tiendas con productos que satisfagan el nuevo perfil”. Pin apostilló: “No estamos en contra del turismo, estamos en contra del uso que el turista le da al espacio público y de que se diseñe pensando en él, en detrimento de los vecinos”.

La llegada de los yates, con sus consecuentes sistemas de vigilancia privada, también genera preocupación en el barrio. La temen porque ya la conocen. Según explica un conocedor del puerto, cada vez que las grandes embarcaciones -propiedad de fortunas rusas- se instalan en la marina para ser reparadas, el despliegue de agentes de seguridad convierten esos pantalanes en un fortín. Un usuario de la marina pone de ejemplo lo que sucede en Ibiza cuando llegan las grandes embarcaciones de la familia real saudí. “Ellos traen su propia seguridad y decenas de coches. La isla se colapsa cuando los príncipes deciden dar un paseo y los vigilantes constantemente irritan a las personas que están en las terrazas”.

El navegante, que pide que se omita su nombre por temor a quedarse sin plaza en el caso de que se apruebe el plan, pues la marina ya les informó de que no habrá para todos, cree que la iniciativa terminará en “un aparcamiento para grandes barcos”. “En verano nadie se queda en Barcelona, los dueños de yates veranean en Grecia, Francia o Italia. La marina se queda vacía”.

Los responsables del Salón Náutico (evento anual de Fira de Barcelona que este año celebrará su 50ª edición entre el 5 y el 13 de noviembre) no ven con malos ojos la reconversión hacia el lujo. Según su presidente, Luis Conde, tiene sentido enfocar la Marina del Port Vell hacia los grandes yates, porque “una cosa es la afición y otra es el negocio”. Barcelona, señaló ayer, es una ciudad que puede ofrecer a las grandes embarcaciones calidad y la posibilidad de hacer un mantenimiento adecuado. “Los rusos han comprado el Port Vell. Los de Qatar, el de Barcelona. Y en el hotel Vela también podrán atracar los grandes yates”, resumió Conde, informa Cristina Delgado.

Notícia extreta de El País